"Así pues, continuo reflexionado, mirando a mi alrededor, nada es mío nada me pertenece… sintiéndome cada vez mas desligado del mundo y sin ganas de adaptarme a él, introvertido y mirando todo desde mi propio panorama, la vida se vuelve una desgraciada rutina.
Cada día salgo de mi casa a ver de nuevo el mundo tan absurdo en el que vivo… todos caminan pendientes de sus cosas y problemas como zombies absortos por sus propias realidades, caminar entre esa gente es como ser invisible o parte de un todo. No puedo evitar caminar despacio y ver sus rostros, veo millones de ellos y no recuerdo ninguno, se borran de mi memoria, no son importantes, sus comentarios intransigentes e incoherentes no tienen cabida en mi mente dispersa y es irónico que yo pueda sentir sus pensamientos porque no me importan, son para mí una simple plaga, yo no pedí ser parte de ellos y ellos no pidieron ser parte de mí. En su mente solo hay lo que yo considero basura, estupideces que también se plasman en mi propia realidad, simplemente no puedo evitar ser humano…
Los humanos somos maleables como el hierro, los golpes de la vida nos moldean a su antojo. Somos el producto de la diversión de un supuesto Dios, que se toma la molestia de escribir nuestras vidas… “Destino” ¿eso que nos hace caminar por inercia o simplemente el guión de nuestra propia vida? solo un juego dulce unas veces y cruel otras tantas, pero divertido e inesperado para aquellos que vivimos en una constante expectativa. Con constantes expectativas que se rompen y desmoronar junto con nuestros sueños al pasar los años… sin embargo no he llegado a un punto tan extremo, pero si he dejado de ver el mundo desde la perspectiva del niño que nunca fui…
Aun no se describir la figura que se moldeo por los constantes golpes de mi vida, y que continua cambiando porque soy un ser en constante evolución pero que no cambia en su esencia."...
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