La oscuridad iluminaba su rostro.
Destellos de tristeza la hacían ver aún más bella.
Sus pálpitos se aceleraban, su corazón se estremecía de a poco.
Fuego comenzó a rodear su hermosa y ya opacada figura de estrella.
Rayos del cielo cayeron sobre su piel.
Destrucción se observaba por doquier.
Inquieto se movía al son de los gritos de aquella mujer.
Excitante era verla sufrir.
Tantas hipócritas promesas de un ayer.
La engañó con medias verdades que ella quería oír.
Sentía un placer difícil de explicar.
Lagrimas, más que muerte, era destrucción total.
Y ella seguía estremecida por el dolor.
El continuaba danzando a su alrededor.
Y ella seguía revolcándose sin quererlo.
El la observaba sin ganas de detenerlo.
Miradas cómplices pero temerosas.
Sujetos que él pronto alcanzaría.
De nada servían las frases decorosas.
Cuando el príncipe de las tinieblas en un instante los mataría.
Mas muerte, más destrucción.
El fin se acercaba para todos, sin excepción.
El tiempo termino para los dos...
Destellos de tristeza la hacían ver aún más bella.
Sus pálpitos se aceleraban, su corazón se estremecía de a poco.
Fuego comenzó a rodear su hermosa y ya opacada figura de estrella.
Rayos del cielo cayeron sobre su piel.
Destrucción se observaba por doquier.
Inquieto se movía al son de los gritos de aquella mujer.
Excitante era verla sufrir.
Tantas hipócritas promesas de un ayer.
La engañó con medias verdades que ella quería oír.
Sentía un placer difícil de explicar.
Lagrimas, más que muerte, era destrucción total.
Y ella seguía estremecida por el dolor.
El continuaba danzando a su alrededor.
Y ella seguía revolcándose sin quererlo.
El la observaba sin ganas de detenerlo.
Miradas cómplices pero temerosas.
Sujetos que él pronto alcanzaría.
De nada servían las frases decorosas.
Cuando el príncipe de las tinieblas en un instante los mataría.
Mas muerte, más destrucción.
El fin se acercaba para todos, sin excepción.
El tiempo termino para los dos...
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